15 Ene Yo y todo lo mío… para que tengan VIDA
A las Esclavas de María, los colaboradores de nuestros apostolados, los/as trabajadores/as de nuestras obras, los destinatarios de nuestra acción pastoral, los simpatizantes de nuestro carisma, …:
Un año más nos preparamos para la celebración de la festividad de nuestra Madre Juana María, el próximo 16 de enero, aniversario de su partida hacia la Casa del Padre.
Convencidas de que el carisma que el Espíritu Santo suscitó a Juana Condesa Lluch para llevar a cabo la misión que Dios había soñado para ella, la impulsó a acoger, acompañar y abrazar a las obreras, con la finalidad de protegerlas, empoderarlas y dignificarlas, intuimos que la Madre Juana María quiso que las obreras que Dios puso en su camino, cuyas existencias estaban sometidas, oprimidas y abrumadas, tuviesen VIDA, una vida digna, una vida plena, una vida feliz…
En este año especialmente significativo para nosotras, Esclavas de María, por la celebración del XIX Capítulo General de nuestra Congregación, hemos querido hacer nuestro, de alguna manera, el sentir y vivir de la Madre Juana María expresándolo en el lema escogido para el Capítulo: ‘Para que tengan VIDA’ (Jn 10, 10).
Con toda certeza, haciéndonos eco de su legado espiritual, en el hilo conductor de su vida podemos ver entrelazado el: ‘Yo y todo lo mío para las obreras’, con el versículo evangélico ‘Para que tengan VIDA’. La Madre Juana María se dio a sí misma y compartió todo lo suyo con las obreras para infundirles Vida. Nosotras, hoy, en la realidad en la que cada Esclava de María nos desenvolvemos en el día a día, prolongando su estela queremos vivir: entregadas desde la disponibilidad, comprometidas en el servicio, acogedoras desde la compasión, cercanas en la comprensión…. para que aquellos a quienes somos enviadas: mujeres, jóvenes, niños… tengan Vida.
Cuando han pasado más de 100 años de su partida, su vida sigue latiendo con vigor en cada una de nuestras misiones, en todos los lugares donde realizamos nuestro apostolado, en las vidas de quienes, de una u otra forma, comparten su cotidianeidad con alguna Esclava de María.
Al mirar hacia atrás releyendo nuestra historia congregacional, sigo admirándome de la intuición, sensibilidad y empatía de la Madre Juana María y de las hermanas que se embarcaron con ella en su proyecto; continúo asombrándome al vislumbrar su empeño, tesón y fortaleza para superar los obstáculos que podían hacer fracasar su sueño; prosigo embelesándome ante los caminos de libertad, justicia y empoderamiento que diseñó para quienes no sabían de anhelos, utopías y esperanzas… pero sobre todo sigue cautivándome su talante espiritual, su coherencia de vida, el estilo evangélico que impregnaba cada una de sus opciones.
Releer la vida de Juana Condesa Lluch y trasponerla al siglo XXI, al año 2024, es dejarnos estremecer ante las realidades sufrientes que nos envuelven, es pedirle que nos enseñe a percibir en los más desvalidos el clamor de Dios, es vivir en fidelidad nuestra propia vocación, desde la humildad de sabernos un cuerpo pequeño y frágil. Releer la vida de la Madre Juana María nos impulsa a ser para los demás, para que tengan Vida.
Hoy, la Madre Juana María, puede dar Vida a través de cada uno de nosotros: cuando acogemos con cariño, escuchamos con paciencia, hablamos comprensivamente, sonreímos con dulzura, enseñamos con misericordia, abrazamos con ternura… Y sigue dando Vida en cada una de nuestras comunidades, cuando nos reunimos para orar, compartir, trabajar… cuando discernimos nuestras decisiones desde la óptica de su vivir, cuando caminamos orientadas por la Luz que guio cada uno de sus pasos, cuando dejamos que Dios sea en nosotras como lo fue en ella.
Hoy tenemos ante nosotros el reto de transmitir el carisma y espiritualidad que el Espíritu de Dios suscitó en su corazón: la voluntad de ayudar a …, abriendo las puertas de nuestros corazones para que pueda entrar en nosotras quienes necesiten sentir ‘el calor del hogar’, para que tengan Vida.
¡Feliz día de la Madre Juana María! Un abrazo y mi oración
Hna. María Dolores Sempere, emi
Lo sentimos, el formulario de comentarios está cerrado en este momento