08 Sep Re-novación
Un año más la celebración de la Natividad de María nos hace sentir, a todas y cada una de las Hermanas, parte integrante y esencial del cuerpo congregacional que somos, al unirnos en la renovación de nuestros votos en conmemoración de los votos perpetuos de nuestra Madre Juana María y las primeras Hermanas. Una renovación simbólica pero que tiene un denso y profundo significado.
Renovar nuestros votos es re-novar nuestro compromiso activo de seguir al Señor; es re-novar nuestro deseo de ser suyas para siempre; es re-novar nuestra búsqueda permanente de fidelidad. Y re-novar es hacer algo de nuevo, es hacerlo otra vez como memorial y recuerdo, pero también es hacerlo de un modo nuevo.
Los votos que profesamos, vividos en clave fraterna, solidaria y ecológica (reduciendo, reutilizando, recuperando, reciclando), son la llave que abre la puerta de nuestras comunidades, de nuestra Congregación, a un futuro que sólo Dios conoce.
Vivir la pobreza, compartiendo y compartiéndonos, solidarizándonos con los más desfavorecidos, defendiendo la integridad de la creación, viviendo con sencillez; la castidad, ensanchando nuestro corazón y acogiendo a todos los que son despreciados, humillados, relegados, aislados…, viviendo compasivamente; y la obediencia, siendo fieles a los valores del Evangelio, poniendo nuestros dones disponiblemente al servicio de la comunidad, de la Congregación, de la misión; nos ayuda a sintonizar con el mensaje de las Bienaventuranzas y el proyecto del Reino de Dios.
¡Feliz día de nuestra re-novación!
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