Esclavas De María Inmaculada | CONGREGACIÓN
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La Congregación de Religiosas Esclavas de María Inmaculada e Hijas de Santa Teresa de Jesús,Protectoras de Obreras, fue fundada por Juana María Condesa Lluch en Valencia, el 25 de marzo de 1884. Su aprobación en dicha Diócesis fue el día 1 de julio de 1892 por parte del Cardenal Monescillo, antes de marchar a Toledo a ocupar la Sede Primada.

 


 

Basadas en las Reglas de San Ignacio, se elaboraron las Primeras Constituciones de la Congregación. El Decreto de Aprobación Diocesana de estas Primitivas Constituciones data del 30 de marzo de 1911 por el Cardenal Guisasola, Arzobispo de Valencia.

 


 

En 1937, el 14 de abril, Su Santidad Pío XI aprobaba el Instituto y las Constituciones por un septenio. La aprobación Pontificia definitiva del Instituto y de las Constituciones fue dada en 1947, el 27 de enero, por Pío XII.
Siguiendo las normas del Concilio Vaticano II y otras disposiciones de la Iglesia, en el Capítulo Especial de 1968 se procedió a elaborar un nuevo texto de las Constituciones en plan experimental, que fue reelaborado en 1976. Dicho texto fue aprobado el 14 de mayo de 1980 por la Santa Sede.

 


 

La Congregación ha visto su expansión a lo largo de los años, encontrándose en la actualidad presente en seis países de dos continentes: España e Italia en Europa; Chile, Panamá, Perú y Colombia en América.

 


 

Ya en vida de la Madre Juana María fueron cinco las casas fundadas en España: la Casa Madre en Valencia, el Noviciado en Burjasot, y las casas de Manises, Ayora y Almansa.

 


 

A lo largo del siglo XX han ido aumentando las presencias de la Congregación en España, teniendo casa en la actualidad en: Valencia, Madrid, Barcelona, Pamplona, Almansa, Alhama de Murcia, Tabernas (Almería) y El Ejido (Almería).

 


 

A Italia llegamos en el año 1931, abriendo una casa en Roma. Ahora nos encontramos también en la región de Varese, en Golasecca.
La expansión hacia el continente americano empieza en 1969, donde se fundó en primer lugar en Caldera, en la Tercera Región de Chile. En la actualidad nos encontramos en Santiago.
Posteriormente, en 1977, fuimos a Panamá.
En 1986 llegamos a Camaná, en la región de Arequipa de Perú; ahora estamos también en el Valle de Majes, en Corire.
La fundación de Medellín en Colombia fue en el año 2004.

En el intento de dar vida a la espiritualidad de nuestra Madre Juana María, queremos cultivar y fomentar los valores evangélicos. Con ese deseo de hacer vida el Evangelio, teniendo como modelo a María, la Virgen Inmaculada, desde la espiritualidad y el estilo propio de nuestra Fundadora, cultivamos y potenciamos actitudes como:

 


 

La acogida: Nuestras casas pretenden ser un espacio abierto para quienes tienen que salir de su entorno en busca de un medio de vida y una posibilidad para el crecimiento y la promoción.
El servicio: A imitación de Cristo Jesús, a quien seguimos, queremos hacer de nuestra vida un servicio constante y desinteresado a los demás.
La alegría: Desde la intimidad con Dios nos sentimos llamadas a la alegría y a suscitar alegría en el intento de compartir la existencia con los demás.
La laboriosidad: Hacemos del trabajo un medio para la evangelización, el encuentro con Dios y la colaboración activa y responsable en la obra creadora.
La fraternidad: Desde la diversidad y la pluralidad compartimos lo que somos y tenemos en un clima de sencillez, disponibilidad y alegría.
La humildad: Desde la libertad reconocemos la verdad de nuestra vida con sus limitaciones, en el intento de ser fieles a la voluntad de Dios.
La fe: Somos creyentes y la fe en Cristo Jesús es la luz que ilumina y da sentido a nuestra opción de vida.
La esperanza: Porque hemos experimentado que Dios es fiel y su fidelidad es soporte y fortaleza para ser transmisoras de esperanza.
El amor: Porque nos sentimos amadas por Dios hacemos del amor la razón última de nuestra existencia y el motor que vigoriza nuestro ser y nos impulsa a vivir para los demás.
La oración: El encuentro con el Dios vivo y personal es una constante que da sentido a nuestra vida y nos capacita para entrar en relación fraterna con nuestros hermanos y hermanas.

Charla: Fe y servicio

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